La Mejor Compañía
Lo habíamos planeado por varias
semanas. Aún no sabía cómo lo había logrado, pero había cumplido una de mis
fantasías sexuales. Mi amiga Mariana me había metido la idea y nunca pude
quitármela de la cabeza. Todo comenzó el día que fuimos a un concierto de Metallica,
a ambos nos gustaba y decidimos ir juntos. Para ese entonces yo me sentía
atraído por ella y en ese concierto decidí declararme, pero sin llegar a nada.
Decidido a no deprimirme por su falta de respuesta comenzamos a hablar sobre lo
que nos gusta y poco a poco el tono fue aumentando. Fue en ese momento en que
ella me comentó que una muy buena amiga suya la había invitado a hacer un trio
con su novio, y Mariana, al ser bisexual, le agradaba la idea de hacerlo con su
amiga, pero no con el novio de ésta ya que él no le gustaba.
Poco después de irnos al
concierto comenzamos a acércanos más, sólo que, debido a su falta de respuesta
a mi declaración, no me había atrevido a hacer algún movimiento. Ya en el
concierto, quizá la adrenalina de la música o la emoción hizo lo suyo y
terminamos besándonos, creo que realmente yo le gustaba. De ahí hablamos más,
salimos un par de veces y nos besábamos cada que podíamos. En una salida a la
plaza comercial se nos pasó la mano, fuimos a un parque, nos abrazamos, colocamos
una chamarra sobre nosotros, nos besamos y nos tocábamos sobre la ropa. El
deseo que sentíamos el uno por el otro era palpable, ambos llevamos mucho
tiempo sin hacerlo y nos urgía sentir nuestros cuerpos juntos. No pasó mucho
tiempo para que finalmente tuviéramos sexo. Ambos disfrutamos mutuamente: nos
besamos, masturbamos y nos hicimos sexo oral mutuamente. Terminamos cansados,
pero satisfechos.
Era obvio que queríamos repetir.
Un par de días después hablaba con ella por celular, recordando nuestra experiencia,
cuando regresó a mí la conversación el día del concierto acerca del trio que le
habían ofrecido. Entre morbosa curiosidad y deseos de mantenerla excitada,
decidí preguntarle si ya lo había hecho, su respuesta fue negativa. Entre broma
y broma le comenté que me gustaría verla teniendo sexo con una mujer, que ni
siquiera necesitaba participar. Ella me volvió a comentar que no le incomodaba
hacerlo con su amiga, ya que era realmente bonita y bastante sexy; sin embargo,
el tema del novio seguía siendo la razón por la que no se había animado.
Sintiendo curiosidad por conocer a la famosa amiga le sugerí que podríamos
invitarla y a su novio y que ambas parejas tuvieran sexo una al lado de la
otra. A ella pareció gustarle la idea y me dijo que le iba a comentar a su
amiga si también quería.
Unos días después, mientras
hablaba con ella aun no le había dicho a su amiga de la propuesta, pero estaba
segura que sí aceptaría debido a que comentó que era muy lanzada. En esa
conversación, me expresó que había soñado con aquel encuentro, cómo se había
excitado mucho y que deseaba que se pudiera concretar, y aún más porque comentó
que ya se había besado con su amiga en el pasado y que realmente tenía un
cuerpo de deseo. Movido por la curiosidad, indague más acerca de la misteriosa
amiga, Ankaret. Lo que descubrí me sorprendió, Mariana me envió unas fotos de
ella y realmente era muy guapa, bastante sexy y con un muy bonito trasero.
Inmediatamente le comenté que sentía celos porque ella ya había besado a
Ankaret y que si tenía el trio con ella sería espectacular. Mariana volvió a
comentar que era el novio de Ank quien no le gustaba, por respuesta, yo bromeé
que me hubiera gustado tener el trio con ella y con Ankaret.
La idea pareció gustarle, porque
me comentó que también lo prefería. No podía creer lo que Mariana me decía,
ella quería hacer un trio conmigo y su amiga. Dejando la broma a un lado,
hablamos de cómo sería y a medida que lo discutíamos más nos agradaba y
excitaba la idea, y sin siquiera preguntarlo, habíamos tomado una decisión.
Fue una sorpresa para mí que Ana
aceptara después de que Mariana se lo propusiera.
Hubo varios problemas de horario
entre los tres debido a nuestras respectivas escuelas y el trabajo de Ana, pero
finalmente concretamos un día.
Estaba completamente nervioso,
esperaba a ambas en la estación del metro cercana a mi casa. Había comprado un
par de cervezas para relajar el ambiente y una caja de condones. Mis papás no
estaban en casa y ese día no tenía ningún compromiso, así que íbamos a estar
solos varias horas, lo suficiente para disfrutar.
Finalmente, ambas llegaron
agarradas de la mano. Saludé a Mariana con un beso y me presenté ante Ana, en
persona era más linda y de complexión delgada pero atlética, se lograba ver
incluso entre la ropa que tenía. Contemple unos momentos a ambas y luego las
lleve a mi casa.
De las dos, Mariana se veía un
poco más tranquila debido a que ella ya había estado en mi casa, pero Ana no se
veía del todo cómoda. Intentando aliviar la tensión, saqué las cervezas del
refrigerador y le di una a cada una. Coloque una cobija en el suelo frente al
sillón, ambas se sentaron ahí mientras yo tomaba un banquito y me sentaba
frente a ellas y comenzamos a hablar.
Se notaba que los tres estábamos
nerviosos, así que comencé a preguntarle a Ana sobre cómo había conocido a
Mariana, qué le gustaba y cosas banales. Poco a poco sentí como la tensión se
levantaba entre nosotros, Mariana me veía y sonreía y yo le devolvía la
sonrisa. Los tres hablábamos, pero sin ahondar en un tema pues la razón por la
que estábamos ahí era otra.
Finalmente comencé a subir el
tono de las preguntas, les preguntaba cuántas veces se habían besado, si se
habían visto desnudas y cosas por el estilo. Ya entrada en confianza, Ana
mencionó que le gustaba besarse con Mariana muy seguido y que estuvieron a
punto de verse completamente desnudas en una ocasión, pero no lo habían hecho.
Sintiendo como la excitación
empezaba a crecer en mí, les pedí a ambas que se besaran, para ir rompiendo el
hielo.
Sonrieron y se miraron. Soltaron
una pequeña risa y luego se acercaron. Su beso fue lento y sensual. La lengua
de Ana recorrió la de Mariana y yo me estremecí. Continuaron besándose, dejaron
las cervezas en el suelo y se abrazaron manteniendo el beso. Sentí que me excitaba
y no podía dejar de mirarlas. Les comenté que se notaba que les estaba gustando
demasiado. Mariana se separó y volteó a verme preguntándome si quería unirme.
Coloque las cervezas fuera de alcance y me coloque al otro lado de Mariana. Nos
besamos y nuestras lenguas jugaron, mi mano llegó hacia el vientre de Ana y
comencé a acariciarla. Me separe de Mariana y le pregunte a Ana si podía
besarla, ella sólo se acercó e hicimos lo nuestro. No sabía cuál beso me
gustaba más, pero ambas besaban bastante bien. Regrese unos momentos con Ana y
luego ella volvía a besar a Mariana, cuando lo hacía, besaba su cuello y su
hombro desnudo haciendo a un lado su blusa. Mariana fue la primera en comenzar
a gemir. Metía mi mano debajo de su blusa y acariciaba su vientre mientras ella
besaba el cuello de Ana, y ésta a su vez enredaba sus dedos en el cabello de
Mariana y me besaba. El nerviosismo que había al principio había desaparecido,
los tres estábamos excitados a más no poder.
Fue Ana la primera en perder la
primera prenda. Tome a Ana de la mano y la coloque espaldas a mí, Mariana la
besaba mientras yo le quitaba lentamente la playera. Cuando la retiré Mariana y
ella comenzaron a besarse mientras yo besaba el cuello de Ana, su mano llegó
hasta mi pantalón donde mi miembro ya estaba duro y sentí un cosquilleo
agradable.
Ana le quitó la blusa a Mariana y
comenzó a besar encima de sus pechos, yo por otra parte me acerque a Mariana y
la bese mientras apretaba el trasero de Ana. Ahora la mano de Mariana fue la
que se acercó a mi pantalón y apretó ligeramente mi erección.
Entre Ana y yo le quitamos el
sostén a Mariana y la recostamos de nuevo contra el sillón. Comenzamos a
besarla en los labios, en el cuello y en los pechos, ambos nos alternábamos
para no hacer lo mismo. Mi mano entró en la falda de Mariana y comencé a sobar
por encima de su ropa interior, estaba completamente húmeda. Sus gemidos no
tardaron en llegar mientras la atacábamos, sus dedos recorrían mi cabello y lo
jalaba ligeramente cada vez que chupaba su pezón. Duramos un par de minutos así
hasta que le pregunte a Ana si quería lo mismo, ella asintió mordiéndose el
labio y con mirada lujuriosa. Intercambió lugares con Mariana y me ayudo a
quitarme la playera. Mariana le quito el sostén y también la besamos, sólo que
Mariana recorría su estómago y estrujaba sus pechos. Ana también estaba
completamente húmeda y sin poder resistirlo, metí dos de mis dedos en ella.
Soltó un pequeño gemido que fue apagado por un beso de Mariana. Mientras yo
movía mis dedos dentro de ella, Mariana la besa y apretaba sus pechos. Lleve la
mano libre de Mariana a mi pantalón y ella volvió a apretar mi miembro sobre el
pantalón sin dejar a Ana.
Ambas se separaron y me miraron,
me tomaron de las manos y me lanzaron contra el sillón. Ambas sonreían mientras
desabrochaban mi pantalón, Mariana subió a mí rostro y me besó, le comenté que
esto era lo mejor que nos pudo haber pasado. Ella asintió y comenzó a besarme
mientras Ana sacaba a mi miembro de mi ropa interior. Comencé a chupar los
pechos de Mariana mientras Ana le daba unas cuantas lamidas a mi miembro.
Mientras Ana se metía mi miembro en su boca, seguía chupando los senos de
Mariana y le quitaba la falda para meter dos de mis dedos en ella, estaba
completamente mojada. Mientras me deleitaba con sus pechos oigo un ligero
chapoteo viniendo de la boca de Ana y un cosquilleo subió por mi cuerpo. Tanto
Mariana como yo gemimos por la explosión de sensaciones.
Mariana se separó de mí y se
reunió con su amiga, ambas comenzaron a lamer mi miembro y las sensaciones se
acrecentaron. Apenas pudiendo avisar, llegue al orgasmo y me moví para evitar
que el chorro llenara sus caras, aun no habíamos acabado. Ana me vio un poco
desilusionada, pero Mariana le comentó con una sonrisa que era capaz de tener
dos eyaculaciones y al ver mi miembro aun erecto ella decidió confiar. Sin
pensarlo, Ana empujó a Mariana para que quedara completamente en el suelo y
comenzó a besarla desde los labios hasta bajar y llegar a su ropa interior. Con
delicadeza se la quitó y luego abrió sus piernas para empezar a lamer su
entrada. Mariana volvió a gemir, ahora más fuerte, alzó la cadera y comenzó a
retorcerse.
Por mi parte me levante y fui
hasta estar detrás de Ana, levante su trasero un poco y le baje su pantalón
hasta las rodillas. Besé su trasero un poco y luego removí su ropa interior,
abrí sus piernas un poco y también lamí su entrada. Sus gemidos se combinaban
con los de Mariana. Ana aumentó su velocidad y los gemidos de Mariana se
intensificaron. Metí mi lengua en Ana una vez más y lamí toda su entrada. Luego
me separé y me puse un condón, mi miembro volvía estar completamente erecto.
Mientras ajustaba el preservativo me deleite mirándolas. Ana metía dos dedos en
Mariana mientras lamía su clítoris con una increíble destreza mientras que mi
amiga se apretaba un pecho con una mano y agarraba el pelo de Ana con la otra.
Completamente excitado, abrí de nuevo las piernas de Ana y comencé a
penetrarla, disfrutando cada centímetro que entraba en ella. Las lamidas que le
estaba dando a Mariana se detuvieron y un fuerte gemido salió de su boca. Mi
miembro entró por completo en ella y me volteó a ver con cara de gozo. Comencé
a penetrarla aumentando mi velocidad y ella regresó a lamer a Mariana. Tomaba su
trasero y lo apretaba, ambas mujeres gemían de placer y yo me deleitaba con la
vista. Mariana se separó de Ana y yo la penetre un par de veces más antes de
salirme de ella y tomar de la mano a Mariana. Me acosté sobre el suelo y coloqué
a Mariana sobre mí, ella subió a mi miembro mientras Ana se ponía sobre el
sillón con las piernas abiertas. Mariana subía y bajaba sobre mi miembro
mientras lamía la entrada de Ana, de nuevo sus gemidos salían de sus gargantas
y yo apretaba los pechos de Mariana. Mientras la veía pude notar el sudor
comenzar a cubrirle su piel y yo sentía un calor agradable invadir mi cuerpo.
Continuamos así por varios momentos hasta que le pedía a Mariana que se
levantara. Me levante y coloque a Ana de pie sobre el sillón, ella también comenzaba
a sudar. Le pedí a Mariana a que lamiera mi miembro y ella lo hizo mientras yo
besaba y metía mis dedos en Ana. Mariana alternaba sus lamidas en mi miembro
con lamidas en la entrada de Ana; yo apretaba sus pechos y ella mi miembro
cuando Mariana no lo chupaba y ambos disfrutábamos mientras seguíamos
besándonos.
Las sensaciones y la excitación
que sentía eran incomparables. Yo llevaba el control y me encantaba, me acosté
sobre el sillón y le pedí a Mariana que se colocara sobre mi rostro y que Ana chupara
mi miembro. Ambas hicieron caso y disfrutaba la lengua de Ana mientras Mariana
disfrutaba la mía. De nuevo oí el sonido de chapoteo producido por la boca de
Ana y eso me animó a levantar la cadera para que entrara a más profundidad,
desde luego me esforzaba en lamer lo mejor que podía a Mariana desde mi
posición y también aprovechaba para apretar su trasero. Mi lengua recorría sus
labios y de vez en cuando se detenía en su botoncito, y cuando lo hacía ella
soltaba una pequeña maldición de gozo. Le dije a Mariana que se diera la vuelta
y que Ana subiera en mi miembro. A ambas les gustó la idea y lo hicieron con un
pequeño gemido. Mientras estaban sobre mí pude sentir como acercaban sus
cuerpos y se besaban y lamían sus pechos. La posición comenzaba a incomodarme
debido a que no podía moverme, así que le pedí a Mariana que se acostara y a Ana
que se pusiera sobre su rostro. Una vez en nuestras nuevas posiciones, penetre
a Mariana mientras besa a Ana, ella por su parte amasaba los pechos de Mariana.
Los gemidos de Mariana sonaban apagados, pero los de Ana sonaban a un excelente
volumen y de vez en cuando soltaba un grito y una que otra maldición.
Me acosté en el suelo y volví a
colocar a Mariana encima de mí, pero dándome su espalda. La penetraba mientras
Ana lamia su entrada y mi miembro al mismo tiempo, la combinación de ambas hizo
que Mariana llegara al orgasmo en un fuerte espasmo y cayó rendida a un lado
mío. Tanto Ana como yo nos reímos y ella se nos unió. El orgasmo pareció
intenso porque pidió un momento para recuperarse. Mientras esperábamos, Ana y
yo comenzamos a besarnos y masturbarnos entre nosotros, mis dedos exploraban
dentro de ella y sentía como ella también estaba cerca del orgasmo. Le pedí a
Mariana que se recostara boca arriba en el suelo y que Ana se pusiera sobre
ella de forma contraria, inmediatamente Mariana comenzó a lamer su entrada y Ana
respondió de la misma manera. Yo me acerqué a Ana por detrás y volví a
penetrarla. Lo hice con fuerza para hacer que su trasero hiciera ruido cuando
chocaba contra mi pelvis, a ella pareció gustarle porque me pedía más y más
duro. Le daba un par de nalgadas mientras tomaba su cabello, la combinación de
mis penetraciones con la lengua de Mariana hizo que Ana también llegara al
orgasmo.
Ambas se quedaron acostadas y
comenzaron a besarse. Estaban bañadas en sudor y su respiración era demasiado
rápida. Yo también estaba empapado en sudor, quería seguir, pero considere que
tomáramos un pequeño descanso.
Bajo mis instrucciones, los tres
nos colocamos en triangulo, yo estimulando la entrada de Mariana, ella la de Ana
y Ana chupando mi miembro. Lo hicimos lento, disfrutando de cada uno,
intentábamos recuperar fuerzas, pero el cansancio comenzaba a hacer mella en
nosotros.
Mariana volvió a subirse a mi
miembro mientras estimulaba a Ana con mi lengua y apretaba su trasero. Me
faltaba poco para que llegara al orgasmo, pero quería darles otro momento de
placer a mis compañeras. Les pedí a ambas que se acostaran en el sillón y
comencé a meter dos de mis dedos en cada una. Exploraba sus entradas con ahínco
y ellas gemían y se besaban, chupaba sus pechos alternadamente y continuaba
explorando sus entradas, ambas llegaron al orgasmo casi a la par.
Estaban agotadas y yo también, me
levante y me quite el condón, pidiéndoles que me ayudaran a terminar, ambas se
pusieron de rodillas y chuparon y lamieron mi miembro al mismo tiempo, sus
lenguas lo recorrían, lanzando fuegos artificiales a mi cerebro. Fueron
aumentando mi velocidad hasta que por fin sentí el orgasmo llegar.
Llegue al orgasmo y termine en
sus pechos y los tres caímos rendidos y cansados. Nos miramos entre nosotros y
nos reímos, habíamos pasado un excelente tiempo que jamás olvidaríamos.
Les sugerí que, si querían
bañarse, habíamos terminado todos sudorosos, pero ellas dijeron que preferían
irse así, que preferían llevarse ese recuerdo a sus casas, la respuesta me
excito, pero mi miembro cansado no pudo levantarse. Nos vestimos entre risas y
comentarios. Adulaba el cuerpo de Ana mientras se vestía y ella me lo agradecía
con una sonrisa y me comentó que antes hacía danza árabe y nos delito a Mariana
y a mí un poco vestida con su pantalón y su sostén. Mientras ella iba al baño a
terminarse de arreglar me acerqué a Mariana y le agradecí por aquella
oportunidad y le di un beso, ella me lo devolvió apretando mi miembro una
última vez y agradeciéndome por aguantar a ambas. Mariana también fue al baño y
yo le agradecí también a Ana por la oportunidad, también nos besamos y apreté
ese trasero tan hermoso que me había encantado.
Después de limpiarnos y
vestirnos, lleve a mis compañeras hasta el metro más cercano a sus casas.
Fuimos hablando de cosas banales y nos reíamos ante cualquier comentario,
íbamos con un excelente humor por lo que acabábamos de hacer.
Al despedirme de ellas les di un
beso en los labios a cada una, deseando repetir la experiencia en alguna otra
ocasión. Regresé a mi casa con una sonrisa y podría apostar que ellas también
lo hicieron.
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